Personas, personas que llegan a tu
vida. Personas portadoras de diversos roles.
Personas que llegan y permanecen,
personas que se van sembrando en ti la indiferencia.
Personas que llegan y tratan de
aportarte cosas, personas que te enseñan, personas que te guían, personas que
te animan, personas que te miman, que te quieren y te cuidan.
Personas que te enamoran y personas
que se enamoran de ti, personas que te enseñan a vivir, y personas que te
enseñan qué es la vida.
Personas de las que disfrutarás muy
de cerca, y personas cuya ausencia sufrirás, pero, sin embargo, especiales por
igual.
Por otro lado, personas que llegan
para marcharse, personas que te fallan, personas que te decepcionan, personas
que te utilizan.
Personas que te hacen conocer el
dolor, personas que te hacen sentir, simplemente idiota, personas que te crean
miedos o inseguridades.
Personas que tienen el gran poder de
conseguir que en ti emane alguna emoción o sentimiento negativo.
Personas extraordinarias, personas
que vienen para quedarse para siempre.
Personas que te hacen sentir
cómplice con una sola mirada.
Personas que te regalan su sonrisa
para provocar la tuya.
Personas que con un beso, un abrazo
o una caricia, sientes que te lo dan todo.
Personas que te admiran. Personas
que te hacen creer, y personas que creen en ti.
Personas que logran que desaparezcan
tus miedos, tus inseguridades.
Personas que se ganan tu confianza,
y personas que te hacen confiar en ti.
Y si de algo estoy segura es de que
todos, absolutamente todos, tenemos o hemos tenido sujetos a lo largo de
nuestros días que han logrado originar en nosotros todo
esto, haciendo que nosotros seamos como somos.
Y es que es cierto eso que dicen de
que cada una de las personas que llegan a tu vida tienen un “rol”, un
papel, o una función, llámese como quiera; independientemente de cuándo, dónde,
porqué y cómo aparezca. Da igual ahora, que hace años; no importa que esté a
tres minutos de ti o a incontables kilómetros; da igual que sea para hacerte
reír o para sacar de ti alguna lágrima; y no importa si lo esperabas o no.
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