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Mostrando entradas de septiembre, 2017

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En ocasiones buscamos una conversación a la altura. Un abrazo cálido que calme nuestros miedos. Una voz que dé respuesta a todas tus preguntas, o que dude con nosotros.   Y en ocasiones observamos que faltan palabras, que falta altura. Que el frío puede con los abrazos. Y que esa voz que esperamos escuchar se pierde en un inmenso silencio en el que solo resuena el eco de las dudas.   Y entonces, duele. Y entonces, fallan.

Tarde (II)

Todo parecía diferente, pero no había cambiado tanto como creían. Su melena, una de las cosas que más le gustaban de su apariencia, presumía unas mechas rubias y brillantes que iluminaban su rostro. Así la recordaba, así era en la última foto que había llegado de ella a sus manos. Su piel blanca, pecosa, como siempre había sido. Y allí seguía, su nariz respingona, con un brillante reluciendo junto a ella. Y aquellos dos luceros negros que siempre radiaban. Él cada mañana seguía recordando aquellos despertares, cuando ella se levantaba y el haciéndose el perezoso la miraba con los ojos entornados. Seguía recordando como ella fingía estar dormida en su rincón favorito, mientras esperaba que la despertaran sus cosquillas, las únicas que no le molestaban. Echaba de menos aquella forma de soñar despierto que solo tenía cabida si estaba ella al lado. No podía olvidar aquella tormenta que en aquel día tan sombrío se lo llevó todo. Era imposible olvidar aquel rayo que bifurcó los cami