P uede que el sol alcance el horizonte algo más temprano. Que la oscuridad llegue antes de lo que nos gustaría. Que haga más frío y que todo parezca que empieza a entristecerse. Que caigan las hojas al suelo empujadas por las brisas características de la estación para, al fin y al cabo, ser pisoteadas por todos aquellos que solo sabemos ver estos tres meses con una mirada oscura, cuando en realidad no es así. Se nos brinda la oportunidad de disfrutar de momentos mágicos mientras escuchamos las gotas rebotar y resbalar por el cristal. Se nos da la oportunidad de respirar un aire diferente. De disfrutar del crujido de las hojas al rozarlas cuando paseamos. De disfrutar del tono dorado que tiene el suelo... Y sin embargo solo vemos agua que nos cala. Hojas que molestan. Y un ambiente que poco a poco, oscurece. Foto de Sofía Ruiz Robles
Escribo, luego existo.